jueves, 26 de enero de 2012

Delirium noctis (delirios de la noche).

Una noche de estas en las que te da por recordar viejos tiempos, cuando empezó todo: cuando aún creías que había alguna oportunidad de que todo cambiara, de empezar de cero con él, y te dices "Solo era una cría". Y lo eras, fue hace tres años, todo empezó hace tres años en esa maldita excursión de instituto. Son recuerdos bonitos y a la vez amargos, porque a pesar de que han pasado años, te das cuenta de que todo sigue exactamente igual que entonces: frustración, cruce de miradas, ojos tristes y esas miradas que van a parar al suelo. Aun así desearías que volviesen esos tiempos, y crees que igual aun tendrías la oportunidad de cambiarlo todo, para que ahora no fuese una mierda: la nada, el silencio, la impotencia. No saber nada de él, no verle, no tener nada con lo que llenar esas horas muertas que pasas echándole de menos, echando de menos esas conversaciones nocturnas que no te dejaban dormir, que te sacaban sonrisas tontas, esas conversaciones en las que sólo se decían bobadas y había enfados que se arreglarían al día siguiente. Pero ahora sabes que has jugado con fuego y que esos tiempos no van a volver, que quizá ahora  te estés dando cuenta de que él va a olvidarte y no puedas tachar ese objetivo oculto de tu lista de cosas que hacer antes de morir. Es bueno viajar al pasado, pero tiene sus consecuencias: ahora estás deseando con todas tus fuerzas enviarle un mensaje, llamarle o comunicarte con él de alguna forma para pedirle que vuelva. Y sabes que no puede ser.

Y esta vez no volverá, ya no.
No volverá.

MariAllanPoe

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