sábado, 18 de febrero de 2012

El verdadero amor debería acojonarnos.

-¿Cómo puedes vivir sola? ¿Tú no eres feliz, no?
-¡Por supuesto que no! Ser feliz es un coñazo.
-¿Pero no echas de menos tener a alguien?
-¿Alguien como quién?
-Un novio para que te proteja.
-Ya tengo una puerta blindada.
-¿Pero no te sientes sola?
-Mi soledad y yo nos llevamos bien. No necesitamos que venga la soledad de otro y nos de por saco.
-¿Y no te gusta que te digan que te quieren?
-Sí. Pero cuando "te quiero" significa "te quiero" y no cuando significa "me perteneces", que es mas o menos siempre.
-Sabes... Me parece que no has estado nunca enamorada.
-¿Y tú sí? ¿De verdad crees que estás enamorada del chico ese?
-Yo creo que sí.
-¡Crees que si! O lo estás, o no lo estás, si yo estuviera enamorada de él no necesitaría media hora para pensarlo. El amor no es algo que puedas poner en duda, es una ola que se te lleva por delante, un puño que te deja K.O., un incendio que te abrasa por dentro.
-Me estás dando un poco de miedo.
-Es que el verdadero amor debería acojonarnos. Debería destruirnos, para resucitarnos después. Eso es para mi el amor, y lo que tú llamas amor pues... es una imitación hecha en Taiwán..


No hay comentarios:

Publicar un comentario