domingo, 11 de marzo de 2012

Que nadie sepa lo que es.

Tengo depresión. Bueno, no sé exactamente si llamarlo depresión, tal vez sean nervios, tal vez sean simples cambios de humor o un trastorno de personalidad, solo de pensar que mañana a estar horas estaré en el avión llegando a Miami. Estas dos últimas semanas han sido raras, no diferentes, sino raras. No precisamente porque haya pensado mucho en el viaje que me esperaba, al contrario, no me lo terminaba de creer. Supongo que esto le pasa a todo el mundo cuando hace un viaje tan largo, o eso espero, porque necesito que alguien me explique este hastío. Mi melancolía y yo hemos estado recogiendo mi habitación y haciendo los últimos preparativos todo el día, y ahora me apetecía recapacitar un rato. Una semana en Miami, Florida, Estados Unidos. Eso me espera a partir de mañana a las 14:20, que cogeré el avión, el primer avión en el que subo en toda mi vida. Podría decir que es normal, porque bueno, al ser algo repentino. Algo repentino, sí, que está planeado y organizado desde Diciembre. Ciertamente pasan las horas y aun me quedan cosas por hacer, pero me gustan los retos, ¿Por qué no hacerlas media hora antes de salir hacia Madrid? Creo que  necesito un respiro, me ahoga esta situación. Mi único consuelo es que de aqui a mañana no tendré que dormir. Es un alivio, tendría pesadillas y algún que otro viaje astral, los odio. Y en el fondo, puede ser que toda esta sarta de gilipolleces que siento, esta depresión y esta desgana sean porque estaré una semana alejada de él. Esto ya no es ni medio normal.

MariAllanPoe

No hay comentarios:

Publicar un comentario