lunes, 21 de mayo de 2012

Hoy le vi.

La verdad es que le veo bastante poco, y eso que la ciudad es pequeña. Nunca tengo noticias suyas, nunca oigo hablar de él: como si de la tierra se hubiese esfumado. Pero hoy le he visto. Ya ha llovido desde entonces, recuerdo que ocurrió un puñetero día cuatro de un puñetero mes de abril, y ya he vivido otros dos abriles, dos años pues. Todo se acabó esa tarde, y lloré: lloré hasta saciar toda la rabia y el odio que me consumían, lloré y no dormí. Antes creía que eso de que el tiempo lo cura todo era un cuento chino, sin embargo tras dos años sin él he caido en la cuenta de que no lo era. Hoy le he visto cerca de su casa, con el mismo corte de pelo, los mismos ojos, la misma sonrisa. Esa sonrisa que hace años me hacía enloquecer y ahora apenas le veo la gracia. Eso es exactamente lo que ha pasado: nada. No he sentido nada.

Nada :)
Lo he conseguido.


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