Sencillamente, ese día estudiar era lo que menos le apetecía. ¿Escribir, tal vez? Había pocos días en los que le pasaran cosas inesperadas, no obstante ese día era una excepción. Quizá llevaba ya un tiempo esperándolo, ¿Quién sabe? Era un intento de filóloga, le gustaban las letras, las palabras, la imaginación, los sueños, la poesía, el papel, los laberintos, los libros, los términos poco usuales, los puzzles, las fotos graciosas, los juegos de palabras. Le gustaba vivir, reír y soñar despierta. Sin embargo, ese día no tuvo que soñar despierta, ese día menos pensado el destino le tenía preparada una jugada maestra, y evidentemente, ¿Cómo osaría desaprovecharla?
M.A.P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario