miércoles, 27 de marzo de 2013

Demasiado

¿Sabes? A mí nunca me han gustado demasiado los cambios. Soy una persona que se aferra demasiado a la rutina, y eso lo veo como un defecto. Por eso, aunque no sea mi naturaleza, intento romperla. Siempre lo hago: escapo, si veo que se me juntan los problemas, o si veo que me ahogo, me voy. También soy muy contradictoria, si no me gusta estar demasiado tiempo en un sitio me voy a otro. "Desconectar", lo llaman. Yo lo llamo huir. Me largo de viaje, y ya está. Hago mil viajes, conozco otras culturas, otra gente, otros idiomas bla, bla, bla. 

Ahora es cuando entras tú. Tú, no sé ya como decirlo. Ahora mismo no lo crees, pero te sorprenderías. Tú estás en esa rutina. Si hago un pequeño recuento, en los dos últimos años he hecho dos viajes fuera de España, y ahí has seguido. Sigues dentro de mí, eres lo único de lo que no puedo escapar, lo único. Todos mis problemas se quedan en mi ciudad menos tú, me das la chapa en mi cabeza y estás conmigo todo el santo día y ni tienes que pagar por facturar en el aeropuerto, ni tienes que tragarte las horas de espera, hijo de puta. ¿Es un problema? Supongo, lo parece. El curso que viene me marcho a estudiar a Reino Unido y voy a estar fuera un año. ¿Seguirás en mi cabeza cuando vuelva? Tengo muchísimas ganas de comprobarlo. 

Yo antes, ingenua de mí, pensaba que se podía hacer algo. Que podría ser, salir bien. Ahora ya sé que no, que no podrá ser nunca. Por ello pongo tierra de por medAH, perdón, que eso no sirve. A ver, para que lo entiendas. He decidido que ya es hora de acabar con esto. Pero que no te hable no significa que te haya olvidado, que no me importes, no significa que no esté las veinticuatro horas del día pensando en tí, ¿Sabes? El peor sentimiento del mundo es fingir que algo no te importa en absoluto, cuando en realidad es lo único en lo que piensas. Eso es lo que pasa.

Aun así, no hablar contigo ni saber nada de ti no me preocupa en absoluto. Estoy convencida de que, incluso aunque me fuese de aquí años, décadas, qué se yo... Incluso aunque en todo ese tiempo no supiese nada de ti, volvería a encontrarte. Siempre lo hago, siempre. Porque se trata de ti y no de una persona cualquiera, no una persona que pasa por tu vida unos meses y luego se va. No, eres tú, y siempre vuelves (Por desgracia para mí). Aunque ni siquiera tú lo sepas...

sábado, 16 de marzo de 2013

Siempre lo he considerado una ventaja



-¿Qué?
-Me siento infinito.

"Aunque nada nos mantenga juntos, podemos derrotarles para siempre.Yo seré rey, y tú, tú serás la reina. Aunque nada les ahuyentará, tú y yo podemos ser nosotros mismos por un día. Podemos ser héroes solo por un día"

:)

Cosas que siempre pierdo

La funda de las gafas.
Las llaves.
El alambre del pan de molde.
El libro de gramática de inglés.
Los calcetines.
Los paraguas (Esto no tiene remedio).
El cargador del móvil.
Las horquillas/gomas de pelo.
Los nervios.

Esto es una gilipollez. Lo sé. No sé por qué lo hago.
Adiós.

miércoles, 13 de marzo de 2013

No me des explicaciones absurdas. Bueno, mejor no me des explicaciones de ningún tipo

"Todos cometemos errores", me decía. Claro, y por eso se supone que soy humana. Dudo que tú lo seas (pero ese es otro asunto). Igual yo tampoco lo soy. Bueno, el caso. A lo largo de mis 19 años he ido descubriendo poco a poco la clase de gente a la que tengo la desgracia de enfrentarme día a día. Gente a la que no entiendes, gente que se piensa que tiene poder sobre ti o gente que sabe bien cómo hacerte sentir un ser insignificante, porque sabe cómo hacerte daño. Realmente no lo entiendo. Piensas que les conoces, piensas que al fin y al cabo siempre habrá alguien que esté ahi para apoyarte cuando tengas un mal día, que entienda tus cambios de humor, que esté disponible a horas indecentes, alguien en quien confiar. Bueno, dejadme que exponga mi opinión: ese alguien no existe. Y si existe, está muy lejos de ser encontrado. Pero mucho. Total, que como ya sabemos todos, estamos y estaremos solos. Y no puedes esperar nada de nadie. Lo más triste de todo esto es que llegue un día en que te das cuenta de que te estás volviendo como ellos... Qué coño, ser buena persona no sirve de nada. Claro que, con un simple "todos cometemos errores", pues se arregla.

Claro que sí.

viernes, 8 de marzo de 2013

Otro mes después

Realmente nunca ha salido bien pero ya me conoces, me gusta arriesgar. Siempre te lo he dicho, porque siempre has sido la única que ha sabido todo sobre mí: si no me arriesgo, no sabré nunca lo que podía haber sido. Repito, nunca me ha salido bien, pero supongo que alguna vez tendrá que ser la buena, la que se hace esperar. Necesito decirte algo y, no sé si esa vez será la buena; no tengo ni la más mínima idea pero presiento que si no lo hago de una vez, estallaré.

Remontémonos al primer día que te vi, al día en que te conocí. Bien, pues esa misma noche, antes de dormirme lo último que pensé fue: "Quizá el mundo sí pueda ser un buen lugar para vivir, después de todo". Vale, eso para empezar. Y ahora te diré que desde ese día y hasta hoy, mi vida ha ido cobrando un poquito más de sentido a cada momento. No me mires así, es verdad: cada vez que sonríes tiro a la basura un problema, y ya he dejado de coleccionarlos. Todos los momentos que paso contigo me llenan, hasta el punto en que siento que cada día que pasa soy un poquito más feliz que el anterior, y tengo la certeza de que  al día siguiente seré también un poquito más feliz. Quizá seas esa persona que todo el mundo necesita tener en su vida, esa persona necesaria. Necesaria y especial, eres jodidamente especial, y necesito que sigas llamando a mi puerta cada noche y que nos tumbemos en el suelo a mirar el techo y a hablar de Anatomía de Grey. Necesito que sigas acompañándome al centro y al supermercado, porque sino me pierdo. Y necesito ver cómo caminas delante de mí, te giras para ver si todavía sigo ahí y me guiñas un ojo sonriendo. Necesito que sigas formando parte de mis días y necesito que estos seis meses duren eternamente, necesito que lo entiendas y necesito que me quieras, porque yo te quiero. Eso es lo que quería demostrar con todo esto, te quiero. Estoy enamorado de ti y, sinceramente, no sé si esta será la buena, pero te aseguro que no me arrepentiré de haberme arriesgado, porque nunca lo hago. Y menos si es por ti.