martes, 25 de septiembre de 2012

Casualidades.

Es alto, algo ancho, moreno. ¿Es guapo? No lo sé. Solo sé que esa sonrisa que tiene eclipsa la atmósfera, eclipsa al Sol. Sus ojos son profundos, creo, apenas los miro; pero en ello cabrían dos lunas, estoy segura. Me gusta cómo camina, es gracioso. Pero me gusta más aun cuando se acerca sigilosamente, con gesto tímido, y me pregunta cualquier cosa que finjo contestar como si nada, como si no me hubiese quedado perpleja. Aunque parezca imposible que me guste más, lo hace más aun cuando se marcha, se mete las manos en los bolsillos, se gira para mirarme y sonríe -cuando lo hace, se le forman unas arrugas en los ojos y unos oyuelos en las comisuras de los labios-. O cuando pasa por delante de mi, agacha la cabeza y sonríe, mirando de reojo. Tiene dos lunares en la barbilla y uno al lado de la ceja derecha. Amor, amor eterno. Éxtasis.

¿Y yo? ¿Yo qué soy?
Ni siquiera pretendo esperar nada.
Sería ridículo.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Diecinueve

No puedo más. ¿Sigo haciendo como que no me importa? No es así, no me da igual. No me da igual porque estoy dolida. Me da muchísima rabia, que me hayas hecho esto precisamente tú. ¿No lo sabes, no? Lo que duele, que una persona a la que quieres te diga que se acabó, que no quiere hablar más contigo ni saber más de ti; y para colmo me dices al final que me quieres. ¿Sabes qué? Ni siquiera sé si vas a ver esto, probablemente no pero, no me gusta nada, pero nada, recordar este último verano y el anterior y tener que ponerme triste, y pensar en mi Altea, y en Valencia, y que no sean recuerdos bonitos. Una mierda, eso es ahora, una mierda. Me da muchísima rabia, porque las cosas no se hacen asi, las cosas no se arreglan de esta manera joder, si te importa una persona se supone que deberías intentar hacerle el menos daño posible y no esto, esto no. Te necesito y no me importa admitirlo porque es la verdad: no eres prescindible en mi vida. Y si lo eres, entonces explícame por qué me siento tan sola rodeada de tanta gente, ¿quieres? Sigo sin poder creerlo, es surrealista viniendo de ti. Ya ni siquiera te pido que me pidas perdón, quizá no debas hacerlo, me da igual. Hoy es mi cumpleaños y me estás obligando a hacer una entrada triste, ¿Por qué? Porque me faltas.


Me faltas tú, joder...

jueves, 13 de septiembre de 2012

Se veía venir.

Un Septiembre que empieza con demasiadas decepciones aunque, a decir verdad, poco se diferencia del resto de meses. En dos días es mi cumpleaños. Me prometí a mi misma que si tenía que suceder algo iba a suceder antes del dieciséis. ¿Y después? No pensé en un plan B. Pobre de mi, quizá incluso había confiado en que esta vez las cosas fuesen de otra manera. Pobre ilusa. Y aqui estoy, a dos días de los diecinueve, haciéndome vieja por momentos, con sospechas de una nueva decepción y sin un plan que respalde y consuele semanas de futuro sufrimiento. Lo peor de todo es que seguirá pasando el tiempo, seguiré teniendo esa incómoda sensación de ir a contrarreloj, de que se me agotan los días, esa sensación que me empuja a actuar pero a la vez no sé cómo hacerlo; y asi va ya para tres años. Tres años con la misma historia, y no sé qué final va a tener esto, lo que está claro es que necesito uno, y necesito saberlo pronto, almenos antes de volverme completamente loca.

Esto no viene a cuento, pero me he cortado el pelo.